Los clientes de esta vivienda compraron una vetusta casa en una de las Colonias históricas del barrio de Chamartín en Madrid, para convertirla en una casa cómoda en la que poder envejecer. La reforma integral de la edificación original de principios de siglo XX se sustenta por tanto en un peculiar programa de uso, ya que en la planta baja se sitúa la cocina, aseo y dormitorio principal, mientras que la planta primera se destina exclusivamente a un amplio salón de disfrute, que domina las vistas sobre la plaza principal de la colonia.
Este espacio a doble altura está coronado por un imponente techo inclinado a cuatro caras, cuyos planos terminan en un doble lucernario cenital, invitando al usuario a sumergirse en un cálido ambiente que lo envuelve. Una escultural escalera construida en madera de roble comunica ambas plantas, en la que se han utilizado las mismas tablas del suelo de la casa, para afianzar su carácter objetual y de continuidad al mismo tiempo.
Fotografías Luis Asín